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ATT. JAIR

sábado, 12 de septiembre de 2009

La adicción a Internet.


Quizás un término más apropiado para definir este problema sería el de uso compulsivo de internet, pues se trataría de un problema similar al de la compra compulsiva o el juego patológico.

Si estar on-line está amenazando tu trabajo o arruinando tu matrimonio, es posible que tengas que deshacerte de tu ordenador, módem y libros relacionados con Internet de modo que no quede rastro de ellos en tu casa. De un modo similar a las medidas drásticas que un alcohólico toma cuando se desprende de todas las bebidas alcohólicas para empezar a recuperarse.

En un estudio dirigido por la psicóloga Kimberly S. Young, el comportamiento de 496 personas que utilizaban Internet con gran frecuencia se comparó con los criterios clínicos usados para clasificar el juego patológico, tal y como lo define el DSM-IV (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición). El juego patológico se considera el tipo de adicción más cercana a la adicción a Internet porque implica un fracaso del control de los impulsos sin la participación de un producto tóxico.

El término Internet en este estudio se define como cualquier sistema en línea o red (el mismo Internet, intranets, Compuserve, los sistemas de tablón de anuncios o newsgroups, etc). En el estudio participaron personas que usaban activamente Internet y respondieron a un anuncio. Un participante era clasificado como usuario dependientes de Internet si satisfacían cuatro o más de los siguientes criterios durante un período de 12 meses:

* Se sienten preocupados con Internet (es decir, piensan en Internet mientras están desconectados).
* Sienten la necesidad de utilizar Internet durante periodos de tiempo crecientes para alcanzar satisfacción.
* No son capaces de controlar su uso de Internet.
* Se sienten agitados o irritables al intentar reducir o parar su uso de Internet.
* Utilizan Internet como una manera de escapar de los problemas o para aliviar un estado de ánimo negativo (sensaciones de desamparo, culpabilidad, ansiedad, depresión)
* Mienten a sus familiares o amigos para ocultar su grado de implicación con Internet.
* Ponen en peligro o se arriesgan a perder una relación significativa, un trabajo, u oportunidad educativa o profesional debido a Internet.
* Lo siguen usando incluso si implica una gran gasto de dinero.
* Se sienten mal cuando están desconectados (depresión y ansiedad crecientes).
* Permanecen conectados durante más tiempo de lo previsto en un principio.

Las personas que no satisfacían tres o más de estos criterios durante un período de 12 meses fueron clasificados como usuarios no dependientes. De los usuarios activos de Internet que se ofrecieron voluntariamente para el estudio, 396 (239 hombres y 157 mujeres) fueron clasificados como usuarios dependientes, y 100 (54 mujeres y 46 hombres) fueron clasificados como usuarios no dependientes.

Aquellos clasificados como usuarios dependientes de Internet, "mostraban patrones de comportamiento significativamente adictivos. También descubrimos que el uso de Internet puede interrumpir definitivamente su vida académica, social, financiera y ocupacional de la misma manera que otras adicciones bien documentadas como el juego patológico, trastornos de la alimentación y alcoholismo", explica la doctora Young.

Aunque investigaciones anteriores encontraron que los hombres desarrollan principalmente adicciones relacionadas con la tecnología, "nuestros resultados mostraron que los participantes que más satisfacían estos criterios y tenían más probabilidades de desarrollar una adicción a Internet eran mujeres de mediana edad y desempleados de ambos sexos."

No obstante, pasar mucho tiempo conectado a Internet no necesariamente indica la existencia de una adicción. Muchas personas utilizan Internet en su trabajo, estudios, para relacionarse con amigos, etc. durante horas sin que esto les suponga problema alguno. En cambio, el adicto a Internet utiliza algo no adictivo en sí mismo (como puede ser Internet, los video juegos o un teléfono móvil) de una manera patológica que le crea problemas en su funcionamiento diario y malestar emocional, pues lo utilizan como un modo de escapar de sus problemas, de una realidad que no les gusta o de emociones que consideran demasiado desagradables y no desean sentir. Es decir, no es que Internet produzca adicción, sino que las personas se vuelven adictas a algo, incluido Internet, como un modo de escapar de una realidad que consideran desagradable o amenazante.

¿Qué puedes hacer si utilizas Internet de una forma compulsiva?

Una vez que has reconocido que tienes un problema en tu uso de Internet, lo primero que has de hacer es tratar de descubrir qué es lo que te está llevando a comportarte así. Analiza tu vida, tus relaciones, tu trabajo, a ti mismo/a y pregúntate qué es lo que no te gusta, qué está faltando en tu vida, que debería cambiar, qué necesitas. Dedica tiempo a este análisis, escribe un diario, hazte preguntas y busca respuestas. Sobre todo pregúntate de qué estás huyendo o qué te causa tanto dolor que haces todo lo posible por no verlo.

Posiblemente este autoanálisis te resulte muy doloroso, pues precisamente es de lo que estás huyendo. Por eso, es muy importante estar dispuesto a soportar el dolor emocional y convencerte de que vale la pena y estás dispuesto a soportarlo por duro que parezca porque eso te aportará un gran crecimiento personal (véase el artículo sobre tolerancia a la frustración).

Después trata de pensar en todas las soluciones posibles y en lo que puedes hacer para llevarlas a cabo.

Si no puedes llevar a cabo este análisis de ti y de tu vida, entonces busca la ayuda de un psicólogo para hacer este trabajo juntos.

Personalidad tipo A y su relación con la enfermedad cardiaca.


En 1957, dos cardiólogos, Rosenman y Friedman, del hospital Monte Sinaí, en San Francisco, California, describieron un estilo de comportamiento que llamaron patrón de conducta tipo A, que constituye un factor de riesgo para la cardiopatía isquémica. Estas personas tienen 2,5 veces más probabilidades de presentar angina de pecho o infarto de miocardio. El patrón tipo A es un factor de riesgo que opera al margen de otros factores de riesgo como el tabaco, la hipertensión y la obesidad.

Características de la personalidad tipo A

· Velocidad, impaciencia, irritabilidad, siempre tiene prisa.

· Estilo dominante y autoritario.

· Pensamiento concretista, con dificultad para conocer y expresar sus emociones.

· Actitud hostil, dura, competitiva.

· Gran implicación en el trabajo, con tendencia a la actividad permanente. Consideran el descanso o el ocio como pérdidas de tiempo.

· Preocupación por el rendimiento y los resultados finales, más que por el disfrute de la actividad mientras se realiza.

· Pocos intereses y relaciones personales al margen del trabajo.

Son personas enérgicas, que hablan con voz alta y con rapidez, se muestran tensos e impacientes. Su vida gira en torno al trabajo, al logro y al éxito, son competitivos y ambiciosos y dan la impresión de no tener nunca suficiente. Tienen una gran necesidad de control de su ambiente, lo cual los vuelve muy tenaces, aunque pueden seguir intentándolo incluso cuando las posibilidades de éxito son mínimas y la tarea está destinada al fracaso.

Estas personas tratan de probarse a sí mismas continuamente, midiéndose a través de sus logros. Por este motivo emprenden numerosas tareas, tratando de destacar y triunfar en todas ellas. Dado que su valor personal depende para ellos de sus logros, suelen tener un gran temor al fracaso, pues lo consideran un indicativo de su falta de valor personal. Debido a que el logro y el éxito se vuelve para ellos una cuestión vital, se encuentran en una continua competición con los demás.

Tienen problemas para identificar, reconocer y expresar sus propios sentimientos, junto con una ausencia de fantasías.

No es extraño que encontremos a estas personas realizando dos actividades al mismo tiempo. Necesitan estar siempre ocupados, centrados en los resultados en vez de en el placer que puedan obtener con la tarea que realizan. Les cuesta mantener la atención en un tema que no consideren de gran importancia, pues es una pérdida de su valioso y escaso tiempo. A menudo están pensando en la solución de problemas que consideran de gran importancia, casi siempre relacionados con el trabajo, lo cual hace que presten menos atención al mundo exterior y sean, por este motivo, más propensos a accidentes. En los periodos de inactividad o vacaciones se muestran inquietos.

Otra característica típica de estas personas es su afán de protagonismo, que puede resumirse en tres puntos:

· Llamar la atención sobre su situación social privilegiada

· Exagerar la propia importancia

· Hacer afirmaciones arrogantes


Relación entre ira-hostilidad y enfermedad cardiaca

Numeroso estudios muestran cómo la ira y la hostilidad son factores importantes que contribuyen a padecer trastornos de las arterias coronarias.

Las personas que sienten ira pero son incapaces de expresarla de un modo adecuado y la reprimen, tienen una mayor probabilidad de tener trastornos coronarios. Un estudio realizado por Barefoot, Dahlstrom y Williams para medir la hostilidad mostró que las personas que puntuaban por encima de la media en la escala de hostilidad tenían un promedio de mortalidad 6,4 veces más alto que los que puntuaron por debajo de la media. Es decir, tanto la ira reprimida como la hostilidad abierta, afectan negativamente a la salud, produciendo un mayor riesgo de enfermedad coronaria e hipertensión.

Las personas hostiles tienen episodios de ira con más frecuencia y se encuentran más a menudo en estado de vigilancia ante un medio que consideran amenazante u hostil. Esto da lugar a una serie de respuestas cardiovasculares y neuroendocrinas que contribuyen al desarrollo de la enfermedad.

Como nos podemos dar cuenta nuestra salud no solo depende de nuestro medio externo, hábitos físicos o alimentación, también depende de nuestro bienestar emocional, es por eso que mientras más alejado estemos de estas características de personalidad tipo A, será mucho mejor para nosotros, tratemos de evitar los excesos de carga laboral y dediquémonos más tiempo a nosotros mismo ya que a la larga lograremos una mejor calidad de vida.


Tomado de cepvi, red de Psicologia y Medicina